The Beast Of Yucca Flats (1961 Coleman Francis)

The Beast Of Yucca Flats (1961 Coleman Francis)

(La bestia de Yucca Flats / El monstruo de Yucca Flats)

Mi opinión: 5/10

The Beast Of Yucca Flats está considerada como de las peores películas jamás filmadas, al punto de lucharle el puesto palmo a palmo a  Plan 9 from Outer Space, lo cual ya es mucho decir.

Razones no faltan: es lenta, tiene una trama muy floja y muy poco dialogo, los que en esencia son muy cortos, y los actores los repiten sin convicción ni inflexiones. Pero en mi caso, verla no me generó una repulsa de ésas que invitan a apagar la TV.

Un argumento muy simple, que también es parte del problema, nos pone una madrugada en Yucca Flats, lugar de ensayos nucleares a cielo abierto de esos años. El Dr. Joseph Javorsky,  un científico desertor del Este europeo (Tor Johnson) llega en una avioneta para entregar informes secretos sobre un supuesto alunizaje soviético. Agentes del Kremlin interceptan al vehículo en que Javorsky se halla, y se produce una persecución a los tiros en el medio de la noche y el desierto. En un punto, Javorsky se baja del auto y continua la huida a pie. En eso están todos cuando estalla una bomba atómica, cuya radiación convierte en un mutante asesino al pobre Javorsky, único sobreviviente.

Tor Johnson, el científico y el monstruo

La película está básicamente narrada en forma de reflexiones acerca de lo que se ve. Hay, como se ha dicho, muy poco dialogo, y en sí misma, The Beast Of Yucca Flats va contando las peripecias de Javorsky como ser irracional por una parte, la cacería a la que es sometido por dos patrulleros (Bing Stafford y Larry Aten) por la otra, y en el medio, dos chicos que se separan del auto de sus padres y se pierden en el desierto.

Hay muchos deslices de filmación en sí mismos que se notan: el más notorio, que el padre de los chicos sea alcanzados por sendos disparos de rifle, y aun así corra como un atleta en perfectas condiciones; la desconexión entre el peligro narrado de moverse por paredes montañosas, y luego llevar el cuerpo de una joven por el mismo lugar sin dificultad. Y varias cosas así. También está la escena de apertura, con un desnudo frontal absolutamente infrecuente en estos filmes de esos años, y que es sorpresivo porque los pechos femeninos son literalmente lo primero que se ven cuando empieza el film; pero es una escena que está totalmente fuera del contexto del film, agregada solamente por el gusto del director por estas tomas.

Una explosión en el desierto

Pero por otra parte, yo pude ver algunas cosas que la salvan un poco, muy poco. No digo brillantes, pero por lo menos salvan parte de los platos: algunas tomas nocturnas y diurnas atrayentes con los vehículos en marcha; un particular manejo de los encuadres de cámara y primeros planos propios del cineasta independiente, algo que  también vi en Carnival of Souls o Night of the living dead.

Y quizás la intención de un metamensaje acerca la humanidad como viajeros sin cinturón de seguridad dentro del mecanismo del sistema, como las menciones hacia los protagonistas como atrapados en los engranajes del progreso (la bomba y sus consecuencias para Javorsky), o la más explícita referente a los policías: “Shoot first, ask question later” (Dispara primero, pregunta después), que éstos llevan a cabo sin verificar de quien se trata en la persona del padres de los chicos. Dentro de la mala película que The Beast Of Yucca Flats es, se trata de un par de cuestiones interesantes para pensar.

Pero solo eso. En realidad, el film no es un tratado de filosofía ni un dechado de drama. No hay buenas actuaciones (por ejemplo, quienes mueren lo hacen con menos expresión que una piedra), y en este sentido son más naturales el par de chicos que se pierden en Yucca Flats que todos los demás. El guion es muy pobre y de resultas, The Beast Of Yucca Flats termina siendo lo que es: una menesterosa muestra acerca del género de los mutantes radioactivos.

Si te interesa este tipo de películas, The Beast Of Yucca Flats es lo suficientemente corta como para llegar al final sin aburrir demasiado. Pero por otro lado, si no la ves, no te perdés nada, salvo observar al grandote de Tor Johnson en un protagónico a su medida, je.