Contamination (a.k.a. Alien Contamination, Toxic Spawn, Larvae)
(1980 – Luigi Cozzi)
(Contaminación – El mundo en peligro / Contaminación: Alien invade la Tierra)
Mi opinión: 5/10
Esta película italiana es un flagrante aprovechamiento del éxito de Alien, un film de Spaceploitaion en toda la regla, hecho con toda la intención de explotar la idea y el nombre de la pelicula de Ridley Scott, con algún giro posterior con lo que no termina ni siendo ciencia ficción ni aventura.
Efectivamente concebida para aprovechar el éxito del film de Ridley Scott, su título original fue Alien Arrives on Earth, pero el productor Claudio Mancini lo hizo cambiar por el final de Contamination. También hizo introducir cambios en la trama para agregar más acción, lo que derivó en un híbrido poco convincente.
Un barco carguero llega al puerto de Nueva York sin señales de vida. El teniente de la policía neoyorkina Tony Arras (Marino Masé) lo aborda con otras dos personas. Tras tropezar con toda la tripulación debidamente muerta por acción de algo que hizo explotar sus pechos, en la bodega se topan con un cargamento que bajo la fachada de café, esconde grandes huevos de tono verdoso. Uno de ellos explota y contamina a los compañeros de Arras; tras unos pocos segundos, los pechos de ambos estallan sin posibilidad de actuar. Arras huye y es internado para descontaminación. Allí es interrogado por la coronel Holmes (Louise Marleau). Tras el testimonio de Arras, Holmes recuerda otro, el del comandante Ian Hubbard (Ian Mc Culloch), integrante de una misión a Marte que dijo haber visto los mismos huevos en una caverna. Pero su declaración fue impugnada por su compañero de misión, el astronauta Hamilton (Siegfried Rauch). La consecuencia fue la baja de Hubbard, recomendada por la misma Holmes. Ahora, la coronel no está tan segura de su decisión anterior, y está dispuesta a retractarse para conseguir evitar el fin de la especie humana.
Marino Masé y Louise Marlea
Ian Mc Culloch
Un novelón. Pero (dicho con todo respeto), Contamination no es un film de Hollywood. No tiene ni el mismo dinero, ni nada igual. Empecemos por los efectos. Aunque baratos, dentro de la concepción de Explotaition de la película, digamos que las macabras escenas en que estallan los cuerpos son medianamente pasables, no así el marciano que aparece al final, un engendro animatrónico que no funcionaba y debía ser ayudado por los marionetistas para conseguir que “actúe”.
A nivel interpretativo, Ian Mc Culloch salva las papas del fuego, con un nivel correcto, pero no logra cubrir la falta de expresión de Louise Marleau, ni el excesivo “italianismo” de Masé, muy gesticulante para poder ser confundido con un policía neoyorkino.
Pero todo podría taparse con un buen guion. Y acá falla completamente.
Empezamos con una invasión de huevos, y terminamos en medio de la selva colombiana (se observa lo que parece ser el aeropuerto de Barranquilla aquí, aunque no puedo aseverar que sea cierto), tal como James Bond entraría en un cuartel enemigo.
Aunque se trata evidentemente de una situación de riesgo grave, la película nunca muestra más de cuatro o cinco personas a cargo del tema, e inclusive la operación final está a cargo de tres. Ni hoy ni en 1980, ni creo que nunca, una situación de este tipo podría encararse de ese modo. Recién nombré a James Bond. Aunque sabemos que en la realidad también él fracasaría rotundamente, por lo menos está instalado en el imaginario como un agente resuelve-todo. Y además compensa su soledad con un arsenal pirotécnico que cubre sobradamente el objetivo de entretener. Pero este trío está muy lejos de ser la sombra de Bond. La película no es creíble en absoluto y eso la convierte en una caricatura pésima.
Aun así, Contamination puede verse si uno es amante del gore o del cine italiano de cabotaje (no se puede ni se debe asimilar esta película al excelente cine italiano que nos ha entregado joyas como Ladri di biciclette, ni siquiera a otras películas de terror mucho más convincentes, sería una falta de respeto en la que no voy a incurrir). Lo mismo si te place pegarte una vuelta por el cine pasatista, como a veces me ocurre. Pero no esperen gran cosa.
El Holocausto de Pablo Alekssander 