Wounds (2019- Babak Anvari)

Wounds (2019- Babak Anvari)

(Heridas)

Mi opinión: 6/10

                    

Wounds es de esos filmes que defraudan el interés que generan durante su visión, debido a un final inesperado y sorpresivo por lo repentino,  y sobre todo insatisfactorio, porque no resuelve ninguna de las incógnitas que la trama va mostrando durante su transcurso.

Pero empecemos por el principio. Will (Armie Hammer) es un bartender, atiende la barra de la taberna Rosie’s. Es un tipo jovial, simpático, con don de gentes para tratar a sus clientes y hacerlos sentir en casa. Una noche particularmente complicada, mientras se produce una pelea, un grupo de adolescentes huye del lugar antes de la llegada de la policía olvidando un teléfono celular. Will lo toma y lo lleva a su casa. Allí, el teléfono suena, y nuestro amigo consigue desbloquearlo, solo para recibir un pedido de ayuda que él pasa por alto. Al día siguiente, su novia Carrie (Dakota Johnson) descubre el aparato y piensa que corresponde a alguna aventura de Will. Tomando con dudas la veracidad de lo que cuenta Will, lo conmina a devolverlo. Pero Will retiene el aparato. Al recibir un nuevo mensaje, revisa el álbum de fotos del celular, descubriendo muchas macabras imágenes, y sonidos de voces clamando. A partir de este descubrimiento, la vida de Will comenzará a enredarse hasta arruinar sus relaciones sin remedio.

Dakota Johnson, Armie Hammer

La película en sí no está mal. El personaje de Will está bien trabajado, desde su relación despareja con Carrie, hasta su amistad con una asidua de Rosie’s llamada Alicia (Zazie Beetz), y su relación con otros clientes. Pero a la vez existe algo que no se puede identificar, y que le genera perturbaciones. Y acá está el meollo del asunto, porque toda la película genera intriga, y el espectador la sigue con interés. Las acciones se van desenvolviendo una tras otra; vemos como la vida social y afectiva de Will se viene  barranca abajo, sin que haya por un lado una justificación, y por el otro, una reacción suya para evitarlo.

Y de repente, así nomás, Wounds se termina.

Y nos quedamos en ascuas. ¿Era un juego, como se da a suponer en algún momento? ¿Se trata de algo sobrenatural, como parece trascender de algunas escenas? ¿Qué rol juegan los adolescentes que dejan olvidado el teléfono, y más tarde siguen a Will por las calles?

Si uno busca en algunas reseñas, hallará las respuestas a estos interrogantes. Fue lo que hice. Y ahí (para mí, pobre mente que no es capaz de entender las genialidades de los directores) está el gran problema de Wounds. Varias pistas que nunca concretan. Entonces llega el final, y uno debe razonar que ha sucedido, por no decir adivinar. No es la forma que yo concibo para el cine y el arte en general. Las conclusiones claras son importantes. Caso contrario, tenemos un arte “solo para entendidos”, para minorías “selectas”. Una forma de darse aires de importancia y que por supuesto no comparto.

Armie Hammer y Zazie Beetz

 

Una lástima, porque Wounds es un film interesante hasta el último minuto. Pero en ese momento arruina lo que de otro modo podría haber sido una muy buena película.