Serenity (2005- Joss Whedon)
Mi opinión: 7/10
Derivada (y continuación) de la serie Firefly (de muy corta vida, con solo 11 episodios emitidos de sus 14 filmados), Serenity es una película de ciencia ficción deudora en mucho (como la serie de la que deriva) de la trilogía original de Star Wars.
En un sistema solar hacia donde la humanidad ha emigrado, los planetas centrales (La Alianza) han derrotado mediante una guerra a los planetas exteriores e impuesto su sistema; en su condición de planetas externos, éstos se han convertido en refugio de ladrones, contrabandistas y lumpenes.
Un grupo de estos ladrones viaja en la “Serenity”, la nave del capitán “Mal” Reynolds (Nathan Fillion). La vieja nave de Mal lleva a bordo a los integrantes de su tripulación/banda, pero también a la hermana del médico, River (Summer Glau), una adolescente con poderes psíquicos cuyo hermano Simon (Sean Maher) logró rescatar de un centro donde la Alianza la estaba usando con fines non-sanctos.
Pero ante el secuestro, la Alianza no se queda quieta y envía a un agente (Chiwetel Ejiofor) a traer de vuelta a River. En esa carrera, los tripulantes de “Serenity” se hallaran frente a secretos ocultos por la Alianza, que ellos están dispuestos a dar a conocer al resto de los planetas, aun a costa de enfrentarse a su perseguidor y toda la fuerza de la Alianza.
Chiwetel Ejiofor
No hay mucho que decir de Serenity que no sea redundante. Deudora de un género que hizo su aparición en la primera Star Wars (es imposible no ver en Mal y su crew un reflejo de Han Solo y Chewbacca), el film son dos horas corridas de acción y aventuras. Y dentro de este derrotero, las actuaciones están bien todas, aunque destacan Nathan Fillion y el morocho Chiwetel Ejiofor. Con buenos efectos especiales, una buena fotografía y un libro adecuado, Serenity es adecuada para fans de la ciencia ficción mezclada con Space Western, pero también para los amantes de la ciencia ficción a secas, de la acción y las aventuras, y de las historias donde los buenos son pocos y en desventaja, pero aun así sacan fuerzas de sus debilidades para enfrentar a los poderosos y luchar por lo que creen justo.
El Holocausto de Pablo Alekssander 